Feng Shui: El Despacho en Casa.
- Fecha 29 de marzo de 2023
Una díficil combinación hacia la armonía
Qué dice el Feng Shui sobre trabajar en casa
En el Feng Shui, la situación ideal es que los elementos que se contraponen se mantengan separados: descanso y actividad, trabajo y ocio, etc. Pero también contempla que esta situación no es siempre posible en la realidad, por lo que plantea la búsqueda de una combinación fluida de los opuestos para lograr una vida armónica.
En el Feng Shui europeo el despacho en casa es una habitación más importante mientras mayor sea el número de horas que se usa y el papel de la actividad realizada. No es lo mismo un despacho profesional instalado en casa donde se realiza trabajo productivo de forma habitual y que es el único lugar de trabajo, que una habitación que usa para guardar papeles y tiene una función decorativa. En el intermedio se encuentra un espacio que no se usa para trabajar profesionalmente, pero donde se encuentra el ordenador, se guardan facturas o recibos, las declaraciones de Hacienda, etc. El problema con todo ello no es el hecho en si: según el Feng Shui no es malo trabajar en casa, ni trae mala suerte, ni aleja el Chi positivo. Lo importante es hasta que punto ese lugar de trabajo se integra en el conjunto de la casa, sin interferir en el resto de actividades como dormir, cocinar, etc.
El despacho en casa Feng Shui
Así, si disponemos de suficientes habitaciones y no estamos sacrificando otra función, no hay ningún problema y el despacho es una habitación más dentro del bagua. Es una habitación activa que dinamiza la parte del plano donde esté situada. La razón de que se lleguen a mezclar funciones, es habitualmente, una escasez de espacio. Puede solucionarse marcando de forma clara el tiempo en que se realiza cada actividad. Pero, si para poder trabajar primero hay que hacer la cama o plegarla o recoger la mesa del desayuno, no podemos hablar de una situación que deba ser permanente. La falta de solidez del lugar de trabajo acabará influyendo en los resultados de forma perjudicial. Un escritorio o una balda abatible pueden ser una buena solución para mantener separadas las funciones de forma no sólo simbólica sino física durante un tiempo. Como en el caso del dormitorio debemos buscar el asentamiento trabajando con los elementos Tierra. Allí buscábamos el descanso, aquí la estabilidad que permita un trabajo fluido.
Los colores en las paredes deberían escogerse de acuerdo a esta búsqueda de estabilidad: colores neutros, no llamativos, con especial atención a los terrosos, pasteles y colores arena. Podemos introducir toques de color con el resto de los muebles y los complementos de la habitación, pero es importante intentar que nada destaque excesivamente, sino crear una atmósfera armónica donde cuadros, libros, adornos, etc. se vean integrados enviando un mensaje de apoyo positivo y de tranquilidad que permitan un trabajo sin esfuerzo, ni presiones. También podemos potenciar este refuerzo positivo con cuadros u objetos centrados en nuestras aficiones y hobbies, o en la naturaleza y paisajes y mantener a la vista todos los elementos que recuerden logros en el trabajo, los estudios, deportes o áreas importantes en la vida a nivel personal como refuerzo.
El despacho es para trabajar
Si disponemos de una habitación propia, la armonización es mucho más fácil. Además de las indicaciones anteriores, podemos reforzar el asentamiento con una mesa fija, un buen cuadro o lámina tras ella y especialmente una alfombra o estera a los pies y algún mueble auxiliar cerca donde dejar objetos de uso habitual. Un pequeño jardín de arena tipo zen u objetos en barro, arcilla o cerámica pueden también ser de ayuda.
Debemos intentar que no haya estanterías, directamente sobre el lugar donde nos sentamos para evitar la sensación de agobio y evitar los elementos demasiados extremados en estampados de cortinas, tapizados y en las paredes.
También, mantener todos los elementos de desorden – papeles, asuntos pendientes- guardados en cajas o en armarios fuera de la vista. Intentar que los archivos antiguos estén fuera de la habitación para potenciar la llegada de nuevas oportunidades. Podemos crear una zona específica para los asuntos pendientes, lo que nos permitirá tener un rápido control de lo no resuelto.
Usar luces suaves para crear una atmósfera tranquila y relajada. Para ello, es conveniente tener más de una lámpara en la habitación para graduar el tipo de luz, pero sin olvidar una de sobremesa que permita centrarse en el trabajo, facilitando la concentración.
También, debemos contar con el ordenador, la impresora, el escáner, fax e incluso una TV. Ninguno de estos elementos es considerado negativo en el Feng Shui europeo por si mismo. La única precaución es que deben mantenerse fuera de las zonas de descanso. Al ser aparatos de uso común puede convertir la habitación en lugar de encuentro, pero nunca el compartirlo debe interferir con el trabajo principal. Podemos suavizar el exceso de aparatos compensándolo con elementos vivos como flores o plantas e incluso con una pequeña fuente de interior, que ayudará además a fomentar la fluidez y la prosperidad. Y por supuesto, siempre que podamos mantener los que se puedan fuera de la vista.
En general, para un despacho o zona de trabajo en casa debería buscarse, como siempre en Feng Shui, el libre flujo del Chi dentro del espacio, pero haciendo especial hincapié en evitar el desorden y la falta de utilidad, centrándose en lo práctico sin descuidar la propia estética. Ni una nave espacial, ni el salón de casa, sino una mezcla de comodidad y seguridad. En Feng Shui buscamos que el espacio ayude a la función, así un lugar agradable e inspirador dará lugar a resultados fáciles y a disfrutar mientras se trabaja. Eso no es siempre posible dentro de una empresa, pero no tendría que haber qué nos impide lograrlo en nuestra propia casa.
Ángel García – Escuela Europea de Feng Shui